Albert Einstein definía como locura hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados distintos.
Cuando hablamos de ciencia no hay nada que cuestionar, pero si intentamos aplicar tan acertado consejo al mundo comercial, hay que llegar un poco mas allá y tachar de locos a los que pretenden obtener el mismo resultado, repitiendo lo mismo una vez tras otra. El mundo evoluciona y lo que hoy funciona, mañana pasa desapercibido.
La realidad nos ha atropellado. El mercado inmobiliario está sustituyendo las técnicas de venta de la década del 2000, por el marketing digital actual. Los clientes no quieren ser convencidos, rehúyen las decisiones en caliente y lo que demandan es información fiable y ayuda para descubrir el potencial de un inmueble.
Adaptarse es el objetivo. Las nuevas generaciones toman sus decisiones en base a la información y aprecian conseguirla en tiempo real. El cartel inteligente, la fotografía 360 y los tours virtuales permiten dar un salto cualitativo en la manera de vender, comprar o alquilar un inmueble.
Evidentemente, el marketing digital no viajará solo y veremos como otros actores tradicionales del negocio inmobiliario se subirán al carro tecnológico. La banca y sus productos financieros ganarán en agilidad, flexibilidad y alcance. Las aseguradoras incrementarán su presencia y a los profesionales del sector se les requerirá muchos mas conocimientos.
